En mi Obra, la figura humana o
animal ocupa un lugar relievante, y yo diría que es la base compositiva de las
variadas temáticas en que ella participa; es el medio interpretativo que cobra
vida propia dentro de mi mundo creativo colmado de fabulas y mitos, donde se
encuentran sólidamente arraigados, y profundos síntomas de problemática social.
El esquema estilístico estructural
de la Obra, se caracteriza por la obvia convergencia de la composición hacia la
figura dentro de acciones grupales, en una interacción dinámica que propicia una
vigorosa movilidad y transparencia, eludiendo en algunos casos, la delimitación
de las partes. En otros casos, la mayoría de ellos, existe muy manifiesta la
acentuación de la línea a manera de siluetas, como detalle de ejecución en el
cual, la dimensión espacial entre las diferentes zonas coloristicas adyacentes,
se crea como un juego de planos que les imprime profundidad a las figuras, según su alejamiento o cercanía, como
propuesta personal de perspectiva.
Puede decirse que aun cuando las
figuras se presentan articuladas entre sí con gran precisión, formando activos
nudos humanos, las fusiones transparentes se interpenetran mutuamente en busca
de de una equilibrada orientación espacial. Es indudable que existe una clara
distribución del volumen interior, un ordenamiento central muy espontaneo donde
los ejes diagonales no son delineados
explícitamente, y a pesar de carecer de un sistema básico de líneas que
demarque la individualidad de cada personaje, el conjunto de la composición,
sus trazos, integración y balance dé lugar a una obra y superficie de notorio
acabado con una madurez y valor muy consistente y ritmo permanente.
De esta forma se va creando una atmosfera de profunda dimensionalidad, en donde la ausencia de perspectiva propiamente
dicha, el juego versátil de luces y
sombras, la Yuxtaposición de formas y
colores, imprime un dinamismo muy particular a las figuras transmitiéndole
variedad y energía al espacio interior, dando como producto final una Obra de
Arte de gran coherencia estilística, contenido perceptual y rotundos efectos
cromáticos.
El objetivo y propuesta de color
dentro de la ejecución técnica, es logrado a través de la mezcla armónica y la
versatilidad de tonalidades donde los agresivos contrastes se enfocan hacia el
punto de convertir la interacción del color en asunto primordial de la Obra.
Dibujo, sombreado, luminosidad, texturas y fuertes valores de contraste, dejan
ver la sensibilidad estética con que se van enlazando técnica y temática, hasta
formar un todo.
Los colores se presentan en un flujo
continuo, constantemente relacionados con sus cambiantes colores relacionados
con sus cambiantes colores adyacentes, y sus condiciones variables. La gama es
infinita y los tonos parecen resonar por la lozanía y alegres combinaciones,
que van llenando la superficie pintada. Se destaca la pincelada y los trazos
enérgicos, las suaves redondeces que se van transparentando para crear su
dimensión en el tiempo y escapar casi sutilmente hacia el impalpable espacio
exterior no cautivo en las medidas del cuadro, plasmando en vividos colores la
imagen del movimiento en el instante mismo de su detención, el momento estático
de continuidad conceptual, en que se involucra el espectador y el artista.
Haciendo referencia a la temática
que he venido trabajando en los últimos tiempos, la presencia del animal ha
marcado con propiedad su innegable fusión onírica con el Hombre.
Alguien comentaba que “en las artes
de nuestro siglo uno de los hechos portentosos que estaban sucediendo, era
precisamente la liberación de los monstruos que han venido plagando los
estudios de muchos pintores y escultores”. Yo más bien diría que “los artistas
hemos franqueado la puerta a la Mitología de todas las civilizaciones
primigenias, en donde el animal o el monstruo, transmite una imagen fiel que
refleja un inconsciente supuestamente irracional., el cual brota intempestiva
mente de cada ser humano de acuerdo a sus
circunstancias y condicionamientos culturales”.
Además no sobra mencionar que a
nuestra sensibilidad artística no le pasan desapercibidos los conflictos de la
vida moderna, siendo sometidos también al desorden, la violencia y agresividad
que perturba y traumatiza la comunicación natural, aflorando así en la Obra de
Arte la lucha por la supervivencia, por el deseo de trascender, originándose el
artista de reacción, quien potencialmente irritado por la amplia variedad de sensaciones y de sugestiones visuales de
todas partes, entra a imprimir su huella de descontento en su exacerbada
simbología como antídoto contra la insinceridad emocional que padece la
sociedad.
Para concluir esta presentación,
quiero enfatizar que el Polidimensionismo es mi estilo pictórico personal,
logrado después de muchos años de trabajo e investigación y que estoy
plenamente convencido que con el tiempo, el Polidimensionismo por su
autenticidad latinoamericana y riqueza
expresiva, sentará un precedente importantísimo dentro de la plástica
universal.
HORACIO GOMEZ ORDUZ
Exposición “Polidimensión Onírica”.
Casa de la Cultura de Cúcuta
Cúcuta, mayo 20 de l.987
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